Cueca maricueca, vuelta
hueco bruto y encelao
asume que contigo
no quiero bailar.
Tírate el paso
que tanto ansías tirar.
Dale, zapatea miseria
y cáete otra vez.
Babeando por las rastras
dispersaste tu hombría
entre el polvo levantao
pendiente al espuelazo final.
El histeriqueo a cuatro vientos
rogando que por demoniaca santidad
me compadezca de tu fiebre trasera,
descienda y te despoje de'se mal.
Excusa estorbatoria de hombrecito mimao
entre líneas arrastrao pa mariconear
jadeando por un forzao encuentro desviao
que haga lo casual un compañero revolcao.
Anhelando en cómplice discreto apartao
de sentirte zamarreao en maltrato pasional
paquete entre palo entero empujao al cuatro
vuelta, dao pa desparramarte lo acumulao.
Una cosa es ser apasionao
hombre armao en su temple
de bestia cuerpo y mente
que’n lo propio sabe calzar.
A la fuerza amansao
pa sacarle el trote
de amarra firme, lengua y cuerpo
en baile sometío fiel y dominao.
Una buena violación
consentía al corazón firme
atravesao de entraña arremetía
de hecho macho homosexual plantao.
Mientras tú, piola rodeao solo,
gimoteas por una calentaíta ‘e sopa:
viscera estimulá pala paja póstuma encerrá.
Mírate, la curiosidá mató al huaso.
Patético predeterminado arrugao de celeste
azumagao adicto al jale de ropa impregná,
juras ser alguien narcisista decadente
cuando niegas la verdad: eres asco humano.
Pregunta simple y sencilla
a prueba'e tonto pa no discriminarte:
¿Por qué supones que eres deseado?
Tonto d’ego inflao, eres repugnante.
Anda y aprende tu lugar en el desprecio,
allá, insípido común de corbata acobardá,
dices ser hombre, mas confundío acabaste
en el conformismo de tu falsa normalidad.
Al suelo.
Para ti no hay palo.
Dijo el Diablo en cueca
a otro maricueca, ahueonao.