Mírate, cual experimento perdido
en el laberinto negacionista
de tu eterna fantasía adolescente.
Un continuo y desesperado bochinche
para escapar de los hechos y la verdad,
bufón histérico, histriónico marginal.
Una cosa será tu necesidad patológica
por llamar la atención, y otra muy distinta
es la atención consecuente del talento.
Por tanto, la próxima vez que me resientas
atrévete, pregúntate, si será mi culpa
que seas víctima de tu propia vanidad.
O que tu narcisa expectativa sea destruida
una y otra vez por la mediocridad que define
mentiroso, tu innegable realidad.
Toma nota, antes de desvariar en tu defensa,
acuérdate mosquita muerta del traidor camino
que empedraste hacia al infierno, allá.
De la desgracia deseada,
perjuicio fue motivo evidenciado,
llorón marica sin cojones ni voluntad.
Anda, métete tu insidia por el ano,
rata relamida.