Entre el concreto, gentío y bulla,
entre el hambre, rumor y maquinaria,
de ese olor a smog engrasa y cajón verdura
los delirios de microcódigo espontáneo,
existencial arrebatado a la sugerencia dada
marraqueta compartida, pan fresco compadre,
a viciarse en juego apaña, cachipún piola
mirada excusa lectura al suelo disimulada,
las ganas quedadas por mendigar de nuevo,
cacha máquina, tremendo pique agarra parada
un segundo afecto de ese sorbeteo platónico
saco entre pino y piña, siente, de cerquita
punteado, entre talla repetida paso antojo,
prueba y presta lo incongruente irracional,
patinado aprieta, acopiado para desdibujar
coincidida la impulsividad del postergado,
interés magnificado, envuelto y palpitante,
dale vuélcate de una la adicción posmoderna
estímulo respuesta, larga y prende enrolado
soba golpe dopamina afrodisíaca expectativa
de llenarte el vacío con apego extraño, ese
en lo que se te abre y no se explica, pega
callado al espejismo que partido simultáneo
humo, plácido de dejarte estado estupefacto
en latente ardor hipnótico de morbo quemado
aliño lento, cuento que te gatilla profunda
la entraña consentida, la de tanto aspirar
discreta obsesión revuelta en pasivo brotas
a saliva profano, sopa del día, calentita,
probarla, sentirla y volvértela a probar,
una improvisada torpe potenciada en tiempo
con el ingrediente dado, excita y estimula
entre la idea que te agarra y no te suelta,
mezclarla junta la idiotización deliberada,
monto que te corre entre tanta palabra muda
a lo bruto despojado del control de tu vida
hasta la paralizada del enredo y traga,
dosis fiel suministrada, consumido a fondo,
sostenido, atravesado en obsesión psicótica
de dulce y secreta sinapsis pornográfica,
sensorial violada añejado en rico trauma
de aquel momento rozado, instante amarrado
cual sujeto objeto, firme impreso quedaste
a la adicción visceral de ensoñada compañía
para huir idiotizado de tu miserable rutina
con masturbadas de Babel. Patético.
Es la estupidez manifestada en tu cara
deforme, de emoticón pobre y mal dibujado,
idiota, ninfómano, reprimido y adiestrado,
ahí, pegado a lecturas chuecas y esquivadas
de rodillas a la espera de un escupitajo,
primitivo impulsado a insinuación inventada
en guachaca dislexia de discapacidad social
buscando chaya un código sexual inexistente
por temor a asumir tu mariconeo pandémico
de perro feo, imbécil y embobado,
humedecido por las pajas pajeras
de tu triste cola perdida y depravada.
Es que a babilonios como tú les falta todo
y yo no busco nada.
Y ahora, ¿quién te calentará la sopa?
Tú no cuentas con mi astucia, ch
ni tulazo, ni mi gracia.
Cómprate un dildo,
plaga.